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    El Águila en la simbología NacionalSocialista



    Dentro de la amplia variedad de símbolos que caracterizan la ideología Nacionalsocialis­ta ha sido siempre la esvástica o cruz gamada la que ha acaparado los estudios de especialistas en simbología y emblemática habiéndose realizado numerosos trabajos sobre su oculto sentido y significado, estudios que van desde el plano de su significación mítico-simbólica hasta los as­pectos de carácter científico y matemático que originan su formación y determinan su simbolismo mágico para los pueblos arios.

    Pero otro de los emblemas, símbolos o motivos fundamentales que acompaña de forma habitual a la cruz gamada durante el período del III Reich es el Águila, ornamento mucho más conocido y representado en multitud de soportes desde la antiguedad más remota. La decisión de utilizar el águila junto con la esvástica como emblema oficial del Reich corresponde a Adolf Hitler en persona y el modelo utilizado se corres­ponderá con un diseño personal bosquejado por su pluma del que se han conservado bocetos en acuarela fechados en 1.920. A partir de este modelo original utilizado por el NSDAP y posteriormente por el Reich NacionalSocialista se realizarían múltiples versiones e interpretaciones iconográficas que serán usadas profusamente por todas las ramas de la administración del Reich y del partido.

    De este modo el águila y la esvástica constituyeron el emblema nacional del nuevo estado alemán y su uso se difundió por todo el Reich teniendo especial aplicación en la regalía y uniformoelogía nacional. A partir de 1.938 el genial arquitecto Albert Speer diseñaría las águilas colosales que se han hecho famosas en los documentales y que presidirían las tribunas de fondo de los grandes estadios construidos durante esta gloriosa etapa de exaltación popular. Algunas de ellas, de grandes dimensiones fueron dinamitadas por los vencedores del conflicto mundial, y otras, capturadas por el ejército Rojo continúan expuestas en el Museo del Ejército en Moscú. Se encuentran cautivas a la espera de que un día las liberemos y sean restituidas al lugar que merecen y del que nunca debieron salir.

    Denominación Convencional

    La denominación normalizada del em­blema oficial del Reich es... ”motivo de águila con las alas extendidas llevando entre sus garras una corona de hojas de roble dentro de la cual figura en forma oblicua una cruz gamada”. No vamos a hacer en este trabajo un recorrido pormenorizado de cual fue la utilización de este emblema por parte de las organizaciones del NSDAP ya que sobre este tema se han publicado extraordinarios tra­bajos de especialistas a los cuales se puede remitir el lector interesado. De exhaustivos y casi definitivos se pueden calificar los realizados por Jorge González Crespo pu­blicados en la prestigiosa Editorial San Martín. (Regalia del III Reich. Organización e insignias del partido. Organización e insignias de las Fuerzas Armadas.)

    Sentido mágico del símbolo

    Lo que queremos resaltar en este sencillo estudio son los aspectos simbólicos e histó­ricos que caracterizan la figura del águila y cómo esos aspectos determinaron su elección por parte del Führer para acompañar, en condiciones de equidad, al sagrado símbolo de la esvástica.

    Un símbolo es una imagen, un signo; en definitiva, cualquier expresión sintética de una idea fundamental. Es la idea pura en su precisa expresión. Es una condensación ex­presiva y precisa, el cual corresponde por su esencia al mundo interior (intensivo y cualitativo) en contraposición al mundo exterior (extensivo y cuantitativo). Esta es una característica a destacar: La capacidad del símbolo de resumir una idea tan fundamenta e importante en el tiempo y el espacio para mostrarla ante nuestros ojos. No debemos pues por ello pensar en los símbolos como si fueran una mera figura plástica fruto de la imaginación. Son signos concretos y visibles que encierran una idea o principio fun­damental comprensible sólo para aquellos cuya conciencia es afín. Así pues, es necesario que el conocedor acceda con ella hasta el plano sutil donde vive la idea que el símbolo representa. De este modo ellos, los símbolos, ocultan un significado porque ésta es una de sus funciones; preservar una En­señanza Sagrada para el futuro de la humanidad, y evitar que caiga en manos de quienes podrían hacer un mal uso de tal conocimiento. En este sentido el símbolo se convierte en un ser vivo que mantiene su contacto, a manera de cordón umbilical, con el plano sutil de la Ideas Superiores. Cuando esta relación se corta. el símbolo pierde su significado trascendente limitándose a lo concreto. El símbolo deja de ser tal para quedar convertido en la apariencia; ahora es solamente un signo, una figura literaria, un juguete de la mente, una alegoría hueca y carente de sentido. Por este motivo los símbolos auténticamente manifestados cons­tituyen una forma de expresión perfecta para plasmar los conceptos espirituales, gracias a su sintetismo.

    El águila solar

    Identificada desde siempre por todas las civilizaciones como la Reina de la aves, la Reina de los aires, el ave de Júpiter, el ave real, el ave de Ganímedes, el ave del trueno o de las tormentas, el ministro alado del Rey de los Dioses, el águila desempeña un papel preponderante en todas las leyendas, mi­tologías y religiones de los pueblos de raíz indoeuropea. Pues una de las características que destacan sobre otras y que se repiten con la cruz gamada es la práctica ausencia de representación iconográfica del águila en los pueblos de raíz semítica, de inspiración cosmológica esencialmente lunar.

    Símbolo universal de la Creación, las aves junto con el huevo cósmico simbolizan como desde el origen del Mundo el Espíritu de Dios planeaba sobre las aguas primordiales en forma de ave. El ave simboliza el alma capaz de abandonar el cuerpo, representación de la inmortalidad que después dc la corrupción del cuerpo se remonta a las regiones celestiales. Así la letra A del sistema jeroglífico egipcio se representa por la figura del águila, significando el calor vital, el origen, la vida, la libertad, la luz; esta palabra, que expresa conocimiento, símbolo de la altura, del espíritu identificado con el Sol, se considera esencialmente luminosa y participa de los elementos aire y fuego. Como se identifica con el Sol y la idea de la actividad masculina fecundante de la naturaleza, el águila simboliza también al padre.

    Como es el ave que vuela más alto es por tanto la que mejor expresa la idea de la Ma­jestad divina. Ave de Zeus-Júpiter, símbolo de la luz celeste y solar, a la que se supone capaz de mirar fijamente al Sol sin perder por ello la vida, pasa a ser por esto la mensajera del Dios Helios. Son las que aportan a los hombres las bebidas de la inmortalidad reservadas a los Dioses; un águila o un halcón, mencionado en la lite­ratura védica, roba el soma que lleva Indra. El águila fue siempre un símbolo del "Corazón" o del "Centro" del mundo es­piritual y por ello se asocia a los cultos tributados al Sol. Con su vista poderosa re­presenta el omnipenetrante ojo del vidente, símbolo de elevada intuición espiritual.

    Perspectiva histórica

    Brevemente haremos un repaso de las diferentes civilizaciones que la utilizaron como elemento característico de su poder e influencia en infinidad de soportes y representaciones. Desde occidente hasta la zona oriental de Eurasia su presencia ha sido abundantísima. Tradicionalmente sólo los valientes que demostraban ser buenos guerreros mediante actos de bravura tenían derecho a adornarse con plumas de águila. Aparece en Macedonia y en las monedas y estandartes de la Roma imperial; el poder de volar, de elevarse para dominar y des­truir lo inferior es con seguridad la idea esencial del simbolismo del ave de Júpiter, también llamada ave de la tempestad o de las tormentas. Se venera en la civilización sumeria como encarnación del Dios del Viento y es objeto de culto entre las tribus guerreras de norteamérica. En Escandinavia simboliza el tronar del viento y está cerca del gallo Fjalar cuyo canto anunciará el fin del mundo y el crepúsculo de los dioses. La poderosa águila Garuda de la mitología India es el corcel del dios Vishnu, la montura del Sol, vencedor de todos los monstruos por su brillo y resplandor.

    Es distintivo de reyes entre los persas y figura entre los estandartes de Ciro. Bajo Ptolomeo I fue incluso emblema de Egipto. Alejandro la introdujo oficialmente en Euro­pa como figura numismática y heráldica imitándolo sus sucesores Diádocos. En las monedas romanas es de uso común sim­bolizando el poder de las legiones y del imperio. El mismo emplazamiento de la ciudad de Roma se lo inspiró a Rómulo y Remo el vuelo de las águilas. Bajo el solio romano estas águilas conquistaron imperios y reinos y bajo su sombra se gestaron los cimientos de la futura Europa.

    Entre los griegos y los persas estaba consagrada al Sol (águila heliaca); para los druidas era el supremo Dios; con el nombre de Ah, la casta sacerdotal egipcia la con­sagró a Horus y los coptos le rendían culto bajo el nombre de Ahom. Aparece vinculada a la fundación de Moscú en su variedad bicéfala y fue objeto de veneración y sacri­ficios en el México precolombino. El emble­ma nacional mexicano del águila llevando entre sus garras una serpiente remonta su origen a la fundación mítica la antigua Tenochtitlán.

    En Europa aparece en multitud de em­blemas, estandartes, banderas, blasones, escudos y monedas y su representación iconográfica es variadísima. En Grecia, con los medas y en la dinastía Aqueménida su uso es muy frecuente. Según Jenofonte, cuando Ciro iba a atacar a los asirios, un águila sobrevoló sus ejércitos que resultaron vencedores en la batalla.

    Durante la Edad Media se le atribuyeron prerrogativas mágicas y fue colocada por príncipes y soberanos en sus escudos de armas. En su presentación bifronte fue usada profusamente en centroeuropa y se adoptó como distintivo por los duques de Baviera, Bohemia, Silesia. Austria, Polonia y Brandenburgo. Los Reyes Católicos la introdujeron en el escudo de España y la casa de Austria la implantó en las armas reales españolas. Tras la guerra civil el estado nacional la incorporó al escudo de España bajo la advocación de San Juan.

    El águila aún sigue siendo hoy el distin­tivo de las banderas y escudos de nume­rosos países y naciones que lo lucen con orgullo en sus escudos y banderas. Es ade­más el emblema de numerosas órdenes mili­tares. Después del Concilio de Nicea, llamado de los teólogos el águila figuró incluso como atributo de la Teología; un águila calva, de cabeza blanca, es el emblema nacional de los Estados Unidos de Norte­américa... la lista sería interminable.

    Pero sobre todo el águila es la heroína de numerosas leyendas; ella vuela también hasta la India en busca de la actita, "la piedra de las águilas" , que activa la eclosión de los huevos y precipita los alumbramientos...

    Por todo lo expuesto a nadie sorprendió que el Führer eligiera como símbolo que acompañara inexcusablemente a la venerable esvástica en su representación iconográfica y emblemática a un águila de alas extendidas cuyos orígenes se remontan a las más antiguas tradiciones de los pueblos ario­-indoeuropeos. Vinculada desde siempre al culto solar, su simbolismo racial fue adicionado magníficamente en su plasmación material a la potencialidad energética y al mágico simbolismo que ya de por sí ema­naba del telúrico mandala de los arios. Aguila solar y esvástica unidas como símbolo unigénito de una raza y de una sangre.

    El sueño de Juliano el Apóstata

    No queremos terminar este breve trabajo sin dejar de recordar por la carga simbólica y mágica que encierra, el sueño del empe­rador-filósofo romano Juliano (emperador 361-363) conocido como el Apóstata porque intentó recuperar para el imperio las sagradas tradiciones ancestrales que fueron traicionadas por su antecesor Constantino tras su conversión al cristianismo (a nuestro juicio él fue el auténtico apóstata y no Juliano), mandando cerrar los viejos Tem­plos iniciáticos, las Universidades griegas y helenísticas, los centros de oratoria y los talleres artísticos.

    Juliano, guerrero, filósofo, estratega. pensador y hábil estadista brilló con luz propia en las decadentes postrimerías del debilitado Imperio Romano. Como tantos otros después también él ordenó a sus tropas incendiar las naves y combatió hasta la muerte para defender occidente de las invasiones extranjeras. Murió muy joven asesinado probablemente por aquellos en los que había depositado su confianza. Se dice que la noche antes de morir, tuvo una visión...

    ...vio el águila imperial de Roma que volaba hacia Oriente y se refugiaba por casi dos milenios en las montañas más altas del mundo. Luego volvía a Occidente con un símbolo sagrado entre sus garras y el imperio la aclamaba.




    Fuente: http://nsargentino.blogspot.com.ar/search?q=aguila
    Categoría: Simbología | Ha añadido: Prometeo (2012-Jul-31) W
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    Escudo

    Tiene el toque de antigüedad y nobleza que hacen de este escudo algo muy original. La corona representa la realeza, el cuervo a Enki y en heráldica esta ave representa a un guardián, un protector y encima este cuervo sostiene una espada con la que va a proteger a los suyos. Los dos leones de Isis, en heráldica representan valor y esfuerzo de los caballeros que han ejecutado alguna atrevida empresa, valiéndose más de la astucia que de la fuerza. En este caso son dos leones rampantes y tenantes que sostienen el escudo cuartelado con los sigils de la Corona, o los símbolos de los seres de mayor jerarquía que poseemos, los Dioses. Al centro figura el símbolo del orígen de la sabiduría hiperbórea. El lambrequín está tirado para atrás y tiene una coloración distinta y polarizada (rojo y azul) y rematamos a esta obra con nuestro grito de guerra que dice: "La decisión de ser un dios es tuya".

    Escudo de guerra

    El Águila bicéfala representa el dominio de dos lugares, se remonta su uso a las culturas humanas mas antiguas, Sumeria representó con este símbolo el dominio de oriente y occidente. Luego, este símbolo fue tomado por las culturas que le sucedieron y se estandarizó su uso. Ahora nosotros los herederos de la corona, usamos este símbolo para representar nuestra presencia tanto en este plano como en el otro.