Jorge
Eliécer Gaitán ¡El jefe vive!
"Todo sigue vivo hasta
que deja de ser recordado, el pueblo debe confiar más en la memoria que en la
historia, la memoria como el fuego es radiante e inmutable, mientras que la
historia sirve simplemente para quienes pretenden manejarla, para quienes tratan
de apagar la llama de la memoria con el fin de extinguir el peligroso fuego de
la verdad. Tenéd cuidado de esos hombres, pues son peligrosos, e ignorantes, su
falsa historia está escrita con la sangre de quienes podrían recordar y de
quienes buscan la verdad.”
9 de abril de 2012, se cumplen 64 años del vil asesinato de
uno de los más grandes y preclaros hombres de esta nación, un magnicidio fue cometido,
sus autores intelectuales fueron "los mismos con las mismas”, 64 años pues que
nuestro pueblo fue asesinado. Aún retumban al oído sus palabras: "Yo no soy un
hombre soy un pueblo, y el pueblo es mayor que sus dirigentes”
De un hombre que fue un heroe a través de actos y de su
poderosa palabra, siempre luchó por la unidad nacional, por abrirle los ojos al
pueblo, por la consolidación de una sociedad donde primara la justicia y la
solidaridad, en fin de un hombre que nunca ahorró esfuerzos porque nuestro país
fuera cada vez mejor.
Jorge Eliécer Gaitán, al momento de su muerte, encarnaba las
esperanzas de los más humildes, de los desarraigados, de los pequeños
campesinos, obreros, y de los desempleados, se hizo celebre en su defensa del
pueblo, su lucha contra la oligarquía, la corrupción partidista y la banca
internacional, sin que ello lo condujera a actitudes soberbias y prepotentes.
Antes por el contrario, consciente de la fuerza de sus convicciones y
argumentaciones sociológicas, filosóficas y políticas, las predicaba con
serenidad y altruísmo desmesurado. La oligarquía conservadora y liberal lo
llamaron comunista, los comunistas lo llamaron fascista.
"Gaitan fue el vocero
de clases medias y bajas de la sociedad, independientemente de sus filiaciones
políticas, es decir muchos conservadores y comunistas se identificaron con el
caudillo. A pesar de que este pertenecía al partido liberal, sus clásicas
formulas no hacían sino corroborar esa imagen "El hambre no tiene color
político”, "el paludismo no es liberal ni conservador” o el pueblo es superior
a sus dirigentes, lo proyectaban en efecto, como un líder que centraba sus
preocupaciones en los sectores menos favorecidos y no en los interese
partidistas”
Célebre es su famosa Oración por la Paz, pronunciada en un
momento álgido de nuestra historia. Dirigiéndose al entonces Presidente Mariano
Ospina Pérez le decía:
"Bajo el peso de
una onda emoción me dirijo a vuestra Excelencia, interpretando el querer y la
voluntad de esta inmensa multitud que esconde su ardiente corazón, lacerado por
tanta injusticia, bajo un silencio clamoroso, para pedir que haya paz y piedad
para la Patria.
En todo el día de hoy,
excelentísimo Señor, la capital de Colombia ha presenciado un espectáculo que
no tiene precedentes en su historia. Gentes que vinieron de todo el país, de
todas las latitudes, de los llanos ardientes y de las frías altiplanicies, han
llegado a congregarse en esta plaza, cuna de nuestras libertades para expresar
la irrevocable decisión de defender sus derechos.
Dos horas hace que la
inmensa multitud desemboca en esta plaza y no se ha escuchado, sin embargo, un
solo grito, porque en el fondo de los corazones sólo se escucha el golpe de la
emoción. Durante las grandes tempestades la fuerza subterránea es mucho más
poderosa, y esta tiene el poder de imponer la paz cuando quienes están
obligados a imponerla no la imponen.
Señor Presidente:
serenamente, tranquilamente, con la emoción que atraviesa el espíritu de los
ciudadanos que llenan esta plaza, os pedimos que ejerzáis vuestro mandato, el
mismo que os ha dado el pueblo para devolver al país la tranquilidad pública.
¡Todo depende ahora de vos!
Quienes anegan en
sangre el territorio de la patria, cesarían en su ciega perfidia. Esos
espíritus de mala intención callarían al simple imperio de vuestra voluntad".
Esas palabras, lanzadas en medio de grandes dificultades
políticas y sociales, tienen plena vigencia en los actuales momentos. Nuestra
nación se desangra, el Estado se descuaderna, la sociedad se descompone.
Decía Gaitán en su momento:
"Impedid, Señor,
la violencia. Queremos la defensa de la vida humana, que es lo menos que puede
pedir un pueblo. En vez de esta fuerza ciega desatada, debemos aprovechar la
capacidad de trabajo del pueblo para beneficio del progreso de Colombia".
¡Cuánta diferencia con los acólitos de la violencia actual!
Gaitán en la fecha de su muerte había desarrollado una
meteórica carrera:
"Nacido en un hogar
formado por una meritoria maestra de escuela y un culto librero, son sin duda
éstos, el mejor incentivo para la culminación de su vida intelectual y política
que lo llevaron a la cúspide de la idolatría popular, y hacer acreedor de la
conducción máxima de un Partido centenario como el Partido Liberal Colombiano,
impregnado de múltiples y anhelantes reivindicaciones sociales de un amplio
sector de la nacionalidad colombiana.
Bachiller a los 21
años, abogado de la Universidad Nacional de Colombia a los 26, doctor en
Jurisprudencia de la Real Universidad de Roma a los 29, Representante a la
Cámara a los 30, Rector de la Universidad Libre de Colombia a los 31, a los 33
funda y organiza el movimiento político *UNIR; ese mismo año el Congreso de la
República lo elige Segundo Designado a la Presidencia de la República, a los 38
es nombrado Alcalde de Bogotá, a los 40 es elegido miembro de la Academia
Colombia de Jurisprudencia, a los 41 ocupa el cargo de Magistrado de la Corte
Suprema de Justicia, a los 42 se desempeña como Ministro de Educación; a los
45, Ministro de Trabajo, a los 47 la Junta de Parlamentarios Liberales lo
proclama jefe del Partido Liberal, y el 9 de abril de 1948, a la 1:05 de la
tarde, en el disfrute del pleno auge político y con una fuerte opinión liberal
y popular, es víctima de un atentado que le produjo la muerte."
*UNIR "la unión de izquierda revolucionaria” (igual que
Mussolini en su tiempo Gaitan le apunto alas izquierda pero no entendida como
el comunismo si no una lucha por un verdadero socialismo un socialismo nacional
ético y justo)
Fue Gaitán un académico defensor de su raza. Según el
manizalita Alejandro Vallejo, "A
Jorge Eliécer Gaitán en cualquier sitio del planeta le afloraba su profundo
nacionalismo y otro tanto de lo indoamericano: así nos lo recuerda aquel día de
1926 cuando Gaitán llega a París de paso para Roma a realizar sus fructíferos
estudios de derecho penal bajo las proyecciones y directrices del mundialmente
famoso profesor de esa disciplina, el italiano Enrique Ferri”.
Dice Vallejo: "Confundido con ganaderos argentinos, revolucionarios
venezolanos, cónsules peruanos, estudiantes chilenos y médicos colombianos,
llegó metido en un tren a la estación de San Lázaro una mañana Jorge Eliécer
Gaitán vestido con el peor gusto que pueda tener un americano recién llegado a
París".
Y continúa Vallejo: "A pesar de esto, es el centro de atención de la gente que frecuenta el
café de la Rotande, de la Cromeríe del Oso Blanco. Allí están entre el
conglomerado humano el escultor Pompón, también ha arribado Josefina Baker a
tomarse un cóctel; tampoco faltó en esa reunión Picasso a deleitarse con un
café crema, quien se acercó a saludar a Gaitán".
Son muchas y divertidas las anécdotas surgidas alrededor de
la estancia de Gaitán en Europa. Dice Vallejo : "La que más recuerdo con ocasión de una comida que se realizó en la casa
de la poetiza Daré Francis, a la cual fue invitado Gaitán, en ella él fue el
centro de cuchicheos y comentarios de damas nórdicas que asediaban a la pintora
sobre la nacionalidad de ese extraño e importante personaje; en algún momento
la pintora les explicó que éste personaje era de la Colombie y las nórdicas
sorprendidas exclamaron: ¿pero dónde, por Dios queda eso? Entonces Gaitán se
pone de pie, toma la palabra y les explica a ellas lleno de soberbia americana
:
"Nosotros somos
salvajes, señoras mías. Pertenecemos a una raza feroz. En nuestro país, en el
centro de la América Meridional, vamos desnudos. Idolatramos a la luna bajo el
nombre de la diosa Chía. Nosotros hemos sido mandados por nuestro pueblo a
estudiar vuestra civilización y por eso nos hemos visto obligados a vestirnos
con vuestros incómodos trajes, a hablar vuestras lenguas melifluas y afectadas
y a observar vuestras complicadas costumbres. Pero no nos satisface nada de lo
vuestro. Os encontramos divertidos pero falsos y artificiales, lujuriosos,
mezquinos y teatrales. Preferimos mil veces nuestra vida sencilla, pura,
simple, casta, fresca de nuestra América.
Así era Gaitán. Honesto, Sencillo y directo. Gaitán, según
el Expresidente López Michelsen, no fue el demagogo barato que la tradición ha
recogido durante tantos años, sino una persona con un don especial para
conmover las muchedumbres y subyugarlas con la palabra.
La vida de Gaitán es descrita magistralmente por Horacio
Gómez Aristizábal. "La lucha de
Gaitán fue amarga y dura. Con altanería desafió a las oligarquías económicas,
sociales y políticas"
"Los viajes, los
reveses, la experiencia, nunca lo corrigieron. Se erguía más colérico a exigir
reformas sociales y económicas para los desposeídos, para los ultrajados, para
los que padecen sed y hambre de justicia, para los que no tienen como el justo,
más que una piedra para reclinar la cabeza"
En fin, Gaitán criticó a la justicia colombiana por ser
excesivamente costosa. "El
reconocimiento de nuestro derecho está condicionado a la capacidad económica
para comprar papel sellado, pagar abogados costosos, el noventa por ciento de
los presos carecen de defensor por falta de recursos materiales y por la
inexistencia de apoderados remunerados por el Estado, comprar estampillas,
cancelar timbres, etc. La justicia que exige para su reconocimiento solvencia
económica, es una justicia de privilegiados, una justicia clasista".
Como penalista, pensaba el líder que el derecho social de castigar, no es
ilimitado y no podía ir más allá de lo justo y de lo útil.
Indiscutiblemente lo que más caracterizó a Gaitán fue su
elocuencia estremecida, su gesto áspero y tajante, su "YO ACUSO..." a la plutocracia por
dura e insensible. Su figura angulosa y compacta hacía pensar en la firmeza de
la piedra o de la roca.
Para Gaitán las clases oligarcas pertenecían a una misma
capilla económica. Si discrepaban aparentemente en lo político, se entendían y
se unían a través de mil vínculos en el campo financiero. La plutocracia
considera al Estado como fuente de poder y arsenal de privilegios y honores. Es
más fácil amasar rápidas fortunas negociando cupos en los campos
internacionales, que montando empresas o cultivando la tierra en varias
generaciones.
La elocuencia social de Gaitán nos enseño una vez más, que
la política enciende las pasiones con más violencia que la pólvora. La
dialéctica del rencor sólo caba fosos de sangre. Según Gaitán, "donde hay victimas, habrá victimarios, pues
los verdugos pueden ser víctimas que necesitan hacerse justicia con sus propias
manos".
De Gaitán perdurará su mensaje social. Terminó las frases de
"clisé" y expulsó del vocabulario político, palabras como mármol,
sándalo, cigüeñas, jardines, perfumes y puso en circulación vocablos más
fuertes y de mayor impacto popular como: lucha, reivindicación, desnutrición,
analfabetismo. Complacía hábilmente a su puebl con palabras como "¡mamola!". Exigirle frugalidad al
pobre y al miserable, -enseñó el líder- constituye una ironía irritante. Es
como pedirle que no coma más al que se está muriendo de hambre.
Algunas citas de EL JEFE:
"Odiamos estas oligarquías que nos ignoran y detestamos
a esta gente que odia al pueblo y cree que ala raza colombiana se le puede
volverle las espaldas y el país político puede jugar con los dados de su
actividad sobre la túnica de nuestro patriotismo”
"Valdrá mas una bandera limpia solitaria sobre una cumbre
que cien banderas tendidas sobre el lodo”
"Si avanzo, seguidme, si retrocedo empujadme, si me
asesinan vengadme"
"Ninguna mano del pueblo se levantará contra mí y la
oligarquía no me mata, porque sabe que si lo hace el país se vuelca y las aguas
demorarán cincuenta años en regresar a su nivel normal."
"Parece que a este nuestro pueblo, lo ha invadido la
irremediable cobardía de no abrir los ojos, no tanto por esquivar la visión de
horribles cosas cuanto por el fundado temor de no ver nada"
"Estamos muy lejos del sarampión extremista, sin reflexión y
sin método de quienes piensan de la noche a la mañana convertirse al socialismo
o al comunismo integral, expropiar toda la riqueza y decretar la abolición de
clases con la divertida facilidad que se inflan bombas de jabón… Todo eso no
tiene ninguna importancia, ni esa gente servirá jamás para una obra efectiva,
calumniaran, insultaran, le darán fuerzas a las armas conservadoras para que
estas desacrediten cualquier movimiento transformador, catalogándolo entre la
epilepsia de los extremistas, pero no pasara de simple verbalismo inofensivo,
cuando no degradante.”
"Antes que la vida miserable y perecedera están el
dolor, la justicia y el ideal"
En honor al Jefe de Colombia ¡Salve Gaitán!
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