En la introducción de su libro "Antes
de que Hitler viniera", Sebotendorf explica textualmente que
Hitler en sus primeros meses de actividad pública se apoyó en tres
fuerzas políticamente organizadas y dependientes de la Logia Thule:
el Partido Alemán de los Trabajadores, fundado por el "hermano"
Karl Harrer en Munich y el Partido Socialista Alemán de Hans Georg
Grassinger, y, por supuesto, en la misma Logia Thule. Sebotendorf
concluye: "De estos tres grupos, Hitler hizo el Partido Nacional
Socialista Obrero Alemán". Pero los tentáculos de la Logia
Thule llegaban todavía más lejos. Es curioso contemplar que en el
Hotel de las Cuatro Estaciones, sede de la Thule y propiedad de dos
de sus miembros, tenían igualmente sede otros movimientos, más o
menos, correas de transmisión de la orden: el Partido Nacional
Liberal de Hans Dhan, al Deutsche Schulverein de Wilhem Rohmeder.
De entre todas estas correas, una
tendrá particular éxito y hay que remontarse a octubre de 1918 para
contemplar su origen. Por esas fechas, Sebotendorf estaba persuadido
que las clases obreras solamente podían ser desvinculadas del
marxismo si se oponía a éste una ideología de sentido contrario.
Sebotendorf creía que esta ideología podría serla ariosofía
(ocultismo teosófico pangermanista). Para extender la ariosofía
constituyó, por medio de Karl Harrer, el Politischer
Arbeiter-Zirkei, entre cuyos miembros se encontraba Anton Drexler y
cuyo secretario era Michel Lotter. Este pequeño grupo duró de
octubre de 1918 a enero de 1919; el día 5 de ese mes Drexler
propondría la transformación en partido, el Partido Alemán de los
Trabajadores. Como no podía ser de otra manera para un partido que
pretendía hundir sus raíces en la tradición obrera alemana, la
fundación tuvo lugar en una cervecería. El nuevo partido apenas
tenía 24 miembros, la mayoría de ellos ferroviarios.
Regularmente el DPA organizaba
reuniones publicas y debates. El 12 de septiembre de 1919, un hombre
oscuro, enviado por la inteligencia militar, asistirá en calidad de
espía a un acto público celebrado por la naciente organización. Se
llamaba Adolf Hitler. El 20 de febrero de 1920, Hitler ocupa ya la
dirección del partido y lo transforma en NSDAP.
No todos los miembros de la Logia Thule
ingresan en esta formación. Los motivos son dos: en primer lugar, no
todos estaban interesados en la actividad política, a pesar del
período de politización de la sociedad alemana de la época, buena
parte de los efectivos de Thule son hombres y mujeres interesados
única y exclusivamente en el ocultismo. En segundo lugar, el mismo
nombre que Hitler da a "su partido" indica cuales son las
áreas preferenciales de reclutamiento "partido obrero alemán
nacional socialista", se busca, efectivamente, reclutar
"trabajadores alemanes" a fin de realizar un "socialismo
en la nación alemana", un "verdadero socialismo"; a
tales objetivos no podían comprometerse -al menos en esos momentos
iniciales del nazismo- buena parte de los miembros de la Thule: en la
lista de afiliados se encuentran tres componentes fundamentales y una
línea de tendencia, en primer lugar los hombres y mujeres de Thule
son -por este orden- profesionales liberales (frecuentemente
juristas), nobles aristócratas y militares; la tendencia general
dominante es burguesía media-alta.
Contrariamente a lo que se ha dicho,
Hitler jamás conoció a Sebotendorf. Sin embargo, es cierto que su
mentor político-ideológico en aquella época fue Dietrich Eckart y
que ambos eran "Hermanos Visitantes" de la Logia Thule.
Cuando Hitler ingresa en el círculo de Thule, Sebotendorf ya ha
abandonado Munich (lo hará exactamente el 26 de junio de 1919,
siendo cuestionado por parte de la asociación y acusado de haberse
comportado con excesiva ligereza en la custodia del archivo de
miembros de la logia que, al caer en manos de los bolcheviques,
ocasionará la detención y el fusilamiento de los rehenes durante
las jornadas insurreccionales de abril del 19. La última presencia
de Sebotendorf en una reunión de la Logia Thule data del 22 de junio
de 1919.
Hitler sentía verdadera aversión por
todo lo que se refería a sectas y al espíritu sectario. Su vocación
era la de presidir un gigantesco movimiento nacional abierto a
amplias masas populares; atacaba con frecuencia la mentalidad
conspirativa de los grupos völkisch y no se recata en "Mein
Kampf" de dirigir acusaciones contra esta forma de hacer
política-ficción.
Poco a poco, Hitler va eliminando los
rastros del espíritu de Thule en el NSDAP y la mayoría de los siete
miembros del antiguo DAP son excluidos de la dirección o remitidos a
puestos puramente protocolarios. Es cierto que Hans Frank, Rosemberg
y Hess, "hermanos" de Thule, ocuparon posteriormente cargos
de máxima responsabilidad en el Tercer Reich. La partida de
Sebotendorf y la ruptura de Hitler con Thule entrañaron la crisis de
la logia que se iría desdibujando progresivamente y desaparecería
en el curso de los años veinte.
Sebotendorf-Glauer asumió en 1920 la
dirección de la prestigiosa revista de astrología alemana
"Astrologische Rundschau". En 1923 se trasladará a Suiza
-de donde es su segunda mujer- y vivirá allí hasta 1924. De 1926 a
1928 -imposible obtener datos de como lo consigue- es nombrado cónsul
honorario de Méjico en Estambul. Mas tarde -también es imposible
establecer los motivos y los fines- se desplaza a Estados Unidos y
América Central. En 1933 regresa a Munich -Hitler ya ha alcanzado el
poder- con el título de Caballero de la Orden Imperial de
Constantino, sociedad patriótica y con aspiraciones iniciáticas
turca.
Pero su nueva estancia en Alemania se
prolonga poco. Intenta aprovechar la presencia de destacados hermanos
de la Logia Thule en el nuevo régimen para relanzar las actividades
de la orden y escribe diversos artículos y un libro -"Antes de
que Hitler viniera"- en el que se autoconsidera como el
precursor del nazismo. No es que sea falso: es que el nuevo régimen
no le interesa sacar a la luz pública estos aspectos ocultos de su
prehistoria.
Existen dos fichas de las SA sobre
Sebotendorf: una da cuenta de su encarcelamiento el 29 de enero de
1934 y otra del 2 de marzo del mismo año, fecha en que es liberado.
De las dos ediciones de su libro sobre Hitler y la Logia Thule, la
primera edición se agotará a los pocos días y la segunda será
retirada por la administración. Sebotendorf tenía ya sesenta años
y había perdido ese atractivo de madura estampa noble y germánica.
Se había separado de su mujer en 1928 y empezaba a tener
dificultades económicas.
Sobre el final de la Sociedad Thule,
Sebotendorf es muy explícito en el capítulo XIV explica que el 9 de
noviembre de 1923 se produce el fracaso del golpe de Munich, el golpe
de la cervecería: "El funesto acontecimiento había inducido a
los miembros del partido, guiados por el actual primer alcance de
Munich, Fiedhler, a afiliarse, en su mayoría, a la Logia Thule, para
tener alguna forma de proseguir, gracias a tal actitud, la acción
propagandística emprendida, haciendo que Adolf Hitler, de regreso a
la cárcel de Landsberg, pudiera nuevamente reunirlos en torno suyo".
No se entiende bien este fragmento,
sobre todo cuando Sebotendorf después de hablar de "afiliarse
mayoritariamente", un párrafo después confiesa que en 1925 la
Logia Thule tenía apenas 25 afiliados. En 1926, siempre según sus
cifras, se habían reducido a 5 y en junio de 1930, terminó
disolviéndose.
Regresó como pudo a Estambul y durante
la guerra colaboró con la inteligencia alemana lo que le permitió
sobrevivir aun a pesar de que su superior consideraba sus informes
como de dudosa utilidad. En septiembre de 1944 se rompen las
relaciones entre Alemania y Turquía. Sebotendorf recibe una pequeña
paga para mantenerse durante un tiempo. Cuando el dinero se agota
Glauer-Sebotendorf se siente sin fuerzas, quizás se considera un
fracasado, quizás ya no cree más en sus capacidades de astrólogo y
vidente o quizás sienta que ha perdido ese magnetismo que le
permitió edificar en pocos meses una poderosa logia, un cuerpo
franco y protagonizar la reacción anticomunista en Baviera o atraer
a primeras figuras del futuro Reich.
El 9 de mayo de 1945, no solamente el
Gran almirante Doenitz firmaba la capitulación, sino que lejos del
Berlín destruido, en los acantilados del Bósforo, Sebotendorf se
suicidaba. La fuente originaria de este datos procede de Herbert
Rettinger, su superior jerárquico en la inteligencia alemana en
Estambul, el cual lo recibió de otro de sus antiguos colaboradores
en Turquía. Incluso en el acto final del suicidio la vida de Hitler
y la de Sebotendorf son paralelas.
* * *
Hasta aquí la peripecia de la Logia
Thule. Se la puede considerar en rigor como precedente directo del
nazismo: fue de la Logia Thule de quien el nazismo tomó buena parte
de sus temas. Un miembro de la Orden de los Germanos desde 1913 y
luego de la Thule, Friedrich Krhon, en 1919, presentó al DAP una
memoria sobre la svástica, proponiendo como distintivo partidario
este símbolo sobre un disco blanco en el centro de una bandera roja.
Hitler aceptó la idea y el 20 de mayo de 1920 se utilizó en público
por primera vez. Se trataba de una svástica destrógira, similar a
la utilizada por los teosofistas. Así pues, a un tiempo, la Thule
proporcionó el símbolo del nazismo, el futuro órgano de expresión
del NSDAP y los núcleos organizados política que aprovecharía
Hitler en sus inicios.
Pero ¿en qué consistía la doctrina
de Thule? No existen documentos para que podamos reconstruir la
totalidad de su doctrina. Solamente se la puede inferir a partir de
tres documentos fundamentales:
1) los escritos ideológicos del
propio Sebotendorf, 2) los escritos ariosóficos de List y 3) parte
de la obra de Alfred Rosemberg "El mito del siglo XX". Las
dos últimas han sido ya mencionadas en otros capítulos, respecto a
la primera vale la pena realizar unas acotaciones.
La obra de Sebotendorf entra de lleno
-como hemos dicho al principio- en la tradición neo-rosacruciana,
una tradición mística e interiorizada cuyo objetivo final era "la
construcción del Halgadom", equivalente en la doctrina
Rosa+Cruz a la "edificación de las columnas del Templo
Interior", con la variante de que Sebotendorf otorga al concepto
una vigencia a la vez trascendente y contingente. Escribe en "Antes
de que Hitler viniera":
"El alemán no ve nunca el fin. No
ve más que el camino. La Germanenorden y, sobre todo, el Geheimbund
deben definir este fin. Este será la construcción del halgadom".
Jean Mabire, comentando este concepto,
apunta:
"Este templo del Halgadom es, a
la vez, espiritual y material. Pertenece a la tierra y al cielo, al
pasado y al porvenir. Es el equivalente del Arca de la Alianza del
pueblo israelita. Es el reino terrestre donde va a renacer el
espíritu de Thule. Es el imperio de todos los germanos".
Esta concepción del Halgadom se
encuentra igualmente presente en Rosemberg y en su "Mito del
Siglo XX" e igualmente reaparece en toda su integridad en los
mitos que animaron a las SS en la última fase de la guerra.
El "Halgadom" era el imperio
de todos los germanos, la forma política superior a la nación,
regida por principios metapolíticos que debería reflejar las
tradiciones y concepciones de la vida y del mundo de los pueblos
germánicos.
El imperio se construía con la espada.
Esta lucha equivalía a la "pequeña guerra santa" de las
concepciones islámicas, una lucha contra el enemigo exterior y
contingente. Pero ¿y la "gran guerra santa", la lucha
contra el enemigo interior, ¿cómo podrá practicarse?
ANEXO:
JÖRG LANZ VON LIEBENFELS
Y OSTARA
Los escritos de un hombre extraño y
enigmático, Guido von List -de quien hablaremos más adelante-
fueron leídos ávidamente por alguien más joven que él, que los
asumiría íntegramente, yendo todavía más lejos en la formulación
de la gnosis racista- teosófica. Se trataba de Jörg Lanz von
Liebenfels. Había nacido el 1 de mayo de 1872 y conoció las teorías
teosóficas poco después de publicarse; a los diecinueve años tomó
el hábito cisterciense, de ahí que en sus escritos demostrase un
conocimiento profundo de la Biblia y los Evangelios y estuviera
familiarizado -y atraído- por los movimientos sectarios del
cristianismo -gnósticos, dualistas, templarios, rosacrucianos,
etc.-. Lanz introdujo, con posterioridad a su abandono del Císter,
un elemento nuevo en la gnosis racista: la veta cristiana, según la
cual Cristo -Frauja, en nombre germánico antiguo- era un iniciado
ario que se opuso a las fuerzas oscuras representadas por la
sinagoga. A estos y a otros muchos movimientos sociales Lanz les
otorgaba un grado de biológico- existencial inferior al humano:
mientras los arios eran los descendientes de los dioses, los pueblos
"inferiores" eran los descendientes de los monos; con esta
pirueta Lanz incorporaba de un solo golpe la temática evolucionista
a sus delirios místico- teosóficos, de un lado, y de otro
introducía la antropología y la zoología como ciencias de apoyo a
su welstanchaaung. El producto de todo esto sería la "teozoología"
y su biblia un libro de título ampuloso y enigmático: "La
teozoología o los Simios de Sodoma y el Electrón de los Dioses",
nombre que ya de por sí constituye todo un programa.
El 27 de abril de 1899 abandona el
monasterio de Heiligenkreuz, apenas ha resistido tres años la
austeridad del monacato y el dogma católico, años que ha
aprovechado para algo más que para piadosas plegarias: ha formado
sus opiniones doctrinarias -al menos en lo esencial- en la biblioteca
del monasterio. No queda claro en qué momento se ha hecho racista,
pero lo cierto es que proclama que el Císter ha traicionado su
doctrina originaria: una doctrina en la que Lanz advierte elementos
simbólicos que encubren una componente racista. Para el prior del
monasterio el motivo del abandono es sensiblemente diferente: Lanz no
ha soportado el voto de castidad. Y efectivamente, la teorización de
Lanz evidencia la existencia de una obsesión enfermiza por la
sexualidad.
En torno a 1903 empieza a escribir en
publicaciones völkisch y darwinistas. Parece que hacia 1905 ya había
completado lo esencial de su formación intelectual. Publica un
artículo en uno de estos boletines völkisch titulado "Antropozoon
bíblico" en el que defiende como tesis central la existencia de
prácticas esotéricas relacionadas con el sexo que se encuentran
presentes en los pueblos de origen ario: serán las orgías en Grecia
y Roma, serán los misterios sexuales del tantrismo y la presencia de
esculturas y relieves de inspiración sexual en las antiguas culturas
indo-arias del medio oriente, lo que le dará la pista de tales
ritos. Pero, al mismo tiempo, el hecho de que en algunas
representaciones iconográficas se incluyan figuras animales le
confirmará en una intuición: la "caída" del estado
edénico primordial se habrá producido por que los "hijos de
los dioses" se unirán con las "hijas de los hombres",
)de qué hombres puede tratarse?: de especies animalescas, se
responde, poco evolucionadas. Estos "hijos de los dioses"
serán los arios, y a esta raza la llamará Teozoa. Del producto de
este mestizaje nacerán cultos satánicos y demoníacos, especies
inferiores en estatura -pigmeos- y en capacidades éticas y morales,
se tratará de una especia con características animales y, solo
accesoriamente humanas: los Antropozoa. Y se tratará de una especie
biológicamente condicionada hacia la práctica desenfrenada de la
sexualidad, en la medida en que através de la misma se podía
corromper a los "hijos de los Dioses". El Antiguo
Testamento es una guía para el pueblo ario -atención, no para el
pueblo elegido hebreo- sobre como evitar la tentación de los
animalescos seres inferiores.
Lanz evidencia dos carencias: una de
carácter psicológica, probablemente fruto de sus años
conventuales; una sexualidad mal asumida o asumida junto a un
complejo de culpabilidad que la hace nociva; producto de dicho
complejo de culpabilidad es la fijación de Lanz contra aquellos que
han cometido el mayor pecado, un pecado mucho más grave que sus
deseos sexuales execrados por la Iglesia, un pecado, en definitiva,
contra la raza; se trata de las razas inferiores, animalescas, de
entre las que los judíos destacan de forma señera.
La otra carencia es doctrinal: en los
escritos teosofistas la sexualidad ocupa un discreto lugar
secundario. Parece como si la Blavatsky apenas concediera mucho
interés a aquello que otros han calificado como la "fuerza más
grande de la naturaleza". Así pues para la Blavatsky -y por
extensión los teosofistas- en cuya concepción del mundo había
mucho de moralismo victoriano, la sexualidad era algo que, en
principio podía desviar de la verdadera espiritualidad: la suya. No
es raro que Lanz ignorara todo lo relativo a una "metafísica
del sexo" y a la posibilidad de una práctica espiritual
centrada en el dominio, control y reorientación de la energía
sexual.
Tal metafísica tiene su plasmación no
solo en el tantrismo (yoga sexual), sino, en toda la tradición
alquímica y rosacruz que frecuentemente utiliza el símbolo sexual
para indicar la unión entre un principio masculino, activo e ígneo
y un principio femenino, pasivo y acuoso: se trata de la imagen del
Rebis, de la "cópula regia", etc. Y si hemos de
remontarnos a la antigüedad, la orgía misma y las bacanales eran
cultos telúricos y dionisíacos propios de los pueblos mediterráneos
y asiático-mediterráneos. Lanz, por el contrario, no elude la
problemática sexual, ni tampoco la coloca en segundo plano de su
sistema: por el contrario, le da una máxima trascendencia y la sitúa
como infraestructura de la lucha racial: Teozoa contra Antropozoa,
hijos de los hombres (seres animalescos degenerados, razas
inferiores) contra hijos de los dioses (arios).
Lanz escribe sus libros en momentos en
los que la ciencia vive plena efervescencia: la física nuclear está
en sus primeros balbuceos y la radiactividad ha sido perfectamente
establecida y medida; el envío de ondas, la codificación y
decodificación de las señales hertzianas hace posible el envío de
la palabra y de la imagen. Y todo esto le parece a Lanz -precursor en
esto de cierta tendencia actual de la física nuclear y cantase a
converger con la metafísica- que da la razón a las tesis teosóficas
que consideran la sustancia divina como una forma de "energía"
o un estado de "vibración de la materia". Cuando los
"seres superiores" (los "superiores desconocidos"
del ocultismo inglés de fines del XIX, los "mahatmas" del
teosofismo) transmitían a los elegidos ese particular estado de
vibración de la materia, transmitían con él facultades
parapsíquicas: clarividencia, telepatía, etc. A esto Lanz le
llamaba "electrón de los dioses".
En 1905 aparece el número 1 de Ostara.
Ostara es el nombre de la pascua germánica, su nombre procede de una
antigua divinidad estacional indo-germánica. Durante dos décadas y
en dos series (la primera de 1905 a 1917 estará compuesta por 89
números y la segunda de 1922 a 1927 llegará al número 101) Ostara
será el portavoz de las tesis teosófico-völkisch. El mismo Hitler
conocerá la publicación -y según parece- la leerá asiduamente.
Los números de Ostara eran monográficos y generalmente estaban
compuestos por los textos de un solo autor. Entre los números de la
primera serie se encuentra una veintena dedicada (exclusivamente! al
sexo y una decena a temas teosofistas.
Lanz se había rodeado de un grupo de
teósofos, entre ellos los miembros de la Sociedad List y el propio
Guido List, así como del teosofista Harald Grävell van Jostenoode.
Este último evidenciará en el monográfico número 2 de la revista
la inspiración teosófica: en efecto, esté número se dedicará a
exponer las tesis de H. P. Blavatsky sobre las "razas matrices".
Esta teoría fue reconducida por Lanz hacia su particular visión
sexo-racista: para Lanz la separación entre Teozoa y Antropozoa se
habría producido al debutar en la "escena cosmogónica" la
raza Atlante, la "cuarta raza matriz".
Las teorías de Lanz tienen una doble
importancia para nuestro estudio: en primer lugar Lanz es otro de los
canales de entrada de las ideas teosóficas en el movimiento
völkisch. Su importancia es similar a la de Guido von List, aunque
sea altamente tributario de los planteamientos de éste que, incluso,
los extremiza. En segundo lugar, la importancia de List radica en la
creación de la revista "Ostara" que, como se ha visto, a
lo largo de más de dos décadas facilitará el material teórico a
una constelación de ligas místico-völkisch de las cuales la Orden
del Nuevo Temple y la Orden de los Germanos serán las más
significativas.
En cuanto a Ostara parece que
contribuyó, si bien es cierto que en una medida no establecida, a la
formación de los criterios racistas de Adolf Hitler. Sobre este
particular ha existido hasta hace poco contradicción entre los
historiadores: para unos se trata de un mito, no consta que Hitler
fuera lector de Ostara. Dados algunos temas de la revista, estos
historiadores afirmaban que el atribuir a Hitler interés por Ostara
era un arma más de la guerra psicológica destinada a ridiculizar al
führer el cual se habría interesado por una revista de contenidos,
así mismo, ridículos. Pero existen testimonios en contra: en un
libro publicado en Alemania en 1958, Wilfried Daim ("Der Mann,
der Hitler die Ideen gab") estudioso de los movimientos
sectarios alemanes y sus relaciones con los partidos políticos
durante el período de las entreguerras, da cuenta de una entrevista
con Lanz en 1951, anciano de más de setenta años. Lanz, a sabiendas
de que este testimonio solo le podía causar perjuicios, le refirió
que en el curso de 1909 recibió la visita de un joven que dijo
llamarse Adolf Hitler interesado por comprar los números atrasados
de la revista Ostara. Lanz se los regaló al percibir el estado de
miseria del joven. Pues bien, el domicilio que Hitler dejó a Lanz,
fue cotejado por Daim coincidiendo con la sórdida pensión en la que
el futuro Fuhrer residió en ese año en Viena. Un compañero de la
misma pensión refirió, igualmente, en un artículo posterior, que
Hitler guardaba en su miserable cuartucho un montón de revistas
Ostara.
El vínculo entre Hitler-Lanz parece,
con todo muy débil, pero hay que tener presente que una vez
convertido en canciller del Reich y el NSDAP en partido único,
existió una deliberada y sistemática campaña de destrucción de
pistas: en el fondo las iniciativas llevadas por Lanz von Libenfels
se habían concretado en movimientos y publicaciones en buena medida
risibles; es evidente que se intentó borrar pistas de las relaciones
del Fuhrer con estos movimientos. Los mismos textos de von
Sebotendorf fueron prohibidos literalmente en la Alemania
nacional-socialista y el resto de teóricos de esta primera hora,
lejos de lograr un impulso a sus ideas con la subida del nuevo
régimen, o siquiera un mínimo reconocimiento oficial a título de
"precursores" se vieron frecuentemente obstaculizados,
reducidos al silencio ellos y disueltas sus organizaciones. Capítulo
aparte es el hecho de que algunas de sus tesis y varios de sus
colaboradores fueron integrados en una institución ciertamente
diferenciada del conjunto del régimen: las SS.