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    La Gnosis y la Espiritualidad Aria a través de la historia (Parte II)




    ALQUIMISTAS Y ROSACRUCES

    Los alquimistas asociaban un metal con cada uno de los siete planetas clásicos. Estos siete planetas y sus metales eran el Sol (oro), la Luna (plata), Mercurio (mercurio), Venus (cobre), Marte (hierro), Júpiter (acero) y Saturno (plomo). Cuando se habla de transmutar el plomo en oro vemos el simbolismo ariosófico. El plomo, uno de los metales más pesados y vulgares, que además es tremendamente venenoso si se consume, es el símbolo perfecto de Saturno, es decir, del Demiurgo, conocido como Yavéh.

    Yavéh es el dios de la Tierra, del plano físico, de la Materia, representada por la dureza del plomo. Su enseñanza es, además, tóxica, venenosa para cualquier que la consume sean personas, naciones, imperios o sociedades. El plomo vuelve loco a las personas, "loco como un sombrerero” término acuñado porque los sombrereros consumían plomo y se enloquecían. Pero no la "divina locura” del místico sino la locura psicótica del enfermo mental que tiene el cerebro destruido por la droga. Efecto que podemos ver en la actual sociedad contaminada por el plomo del Demiurgo. O nuestra tierra, destruida y envenenada por el "plomo” de la contaminación que nace del capitalismo demiúrgico anti-ecológico, contrario al ecologismo pagano que ama la Naturaleza.

    La transmutación del más bajo y último de los planetas (Saturno) en siete estados hacia el oro, que representa al Sol, es la iniciación mágica. El Sol es el símbolo de los arios, de ahí el símbolo ario de la esvástica y de todas las cruces (la celta, la vikinga, el ankh egipcio, la cruz es un símbolo ario de la vida y la sabiduría). Las culturas arias son solares por excelencia, sus dioses principales siempre han sido asociados con el sol, como el caso de Apolo. Así, el oro, que simboliza al sol, simboliza también la "arianización” del Iniciado. El Sol es el símbolo de Lucifer, el portador de la Luz, y el fuego es el símbolo del Conocimiento y del Espíritu, ya que es el menos denso de los elementos y el más volátil de los estados de la materia comunes. Lucifer es, por ende, el dios del fuego y de la luz, y Yavéh el de la materia y la oscuridad.

    Vemos en Dante a un iniciado perteneciente a la cofradía de los Fieles del Amor, sociedad secreta medieval que se consideraba heredera de los antiguos trovadores. Esta cofradía mística e iniciática consideraba el Amor la fuerza transfiguradora y purificadora para alcanzar a Dios, en el sentido trascendental, es decir, la Alquimia Espiritual. Para ellos la mujer era la representación de los valores y virtudes más sublimes y la búsqueda de su contraparte femenina el camino hacia la Perfección. Era este el principio del andrógino místico que la alquimia llama Rebis.

    La leyenda alquímica dice que en el principio existió un ser andrógino perfecto. Tan perfecto era Rebis que generó la envidia de Dios y este lo castigó partiéndolo en dos, dando origen a los dos géneros Hombre y Mujer. De ahí que solo mediante la unión mística de ambos se obtiene de nuevo la Perfección y el hombre y la mujer se buscan juntos desesperadamente para reencontrarse.

    En diferentes mitologías arias existe la creencia de un ser primordial andrógino, o al menos solitario, como es el caso del Adam Kadmón del gnosticismo, el gigante Ymir de la mitología nórdica, el Gayomart del zoroastrismo que fue creado junto al primer buey (similar al gigante Ymir que fue creado junto a la primera vaca), correspondería también al Manu hindú. Jung describió este arquetipo como el Hombre Primordial. Todos estos personajes existieron antes de la aparición de los seres de sexos diferenciados que poblaron la Tierra y que fueron los padres de la Humanidad, es decir, Adam Kadmón precedió a Adán y Eva, Ymir precedió a Ask y Embla, etc.

    Este es un símbolo del Yo primordial, es decir, del Yo inconsciente que es más profundo que los agregados culturales. El Self de Jung, asociable con la mónada, que según Jung siempre se manifestaba en el Inconsciente como un personaje del sexo opuesto (similar a lo que creían los Fieles del Amor). Este sería el Animus en la mujer y el ánima en el hombre. La búsqueda y el encuentro que nuestro Animus/Anima lleva a la Individuación y esta a la Iluminación. Debe recordarse que la mónada es andrógina pues el Espíritu no tiene género, no tiene cuerpo ni genitales que lo definan, nuestro Espíritu es puro, sin materia. Aquí es donde Serrano menciona a ELELLA-ELLAEL, en principio andrógino interno, la fusión con nuestra Animus/Anima. Lo que buscaban los Fieles del Amor (la No-Muerte), es decir la inmortalidad, al igual que los alquimistas con su búsqueda de la Piedra Filosofal que no es otra que la Joya de la Corona de Lucifer, el Ojo de Odín y el Ojo de Shiva y el Santo Grial; esto es, la mónada, que es interna, y que solo se logra pulir mediante el proceso alquímico de purificación del Espíritu librándolo de la Materia.

    Dice la leyenda hermética, contada entre otros por Maurice Magre, que un niño cátaro de cinco años fue rescatado de la masacre acometida en Montsegur por las fuerzas papistas, donde murió toda su familia, y fue enviado a un monasterio albigense cuyos monjes serían secretamente cátaros. Años después viajaría por el mundo y en tierras árabes sería iniciado en los Misterios Esotéricos (los musulmanes salvaron la filosofía griega y la alquimia, que de hecho la misma palabra alquimia es de origen árabe, de la extinción y quema de textos cometido por la Iglesia en Europa). Tras esto, volvería a fundar la Hermandad Rosacruz. El nombre de este niño era Christian Rosenkreutz, que en alemán significa, Cristiano Rosacruz.

    Rudolf Steiner y Max Heindel asocian a este hombre con el legendariamente inmortal Conde de Saint Germain, quien ha sido visto por siglos siendo la última vez conocida por el coronel Olcott, uno de los padres de la Teosofía, en el siglo XX. Christian Rosenkreutz habría nacido en 1378 y vivió por 106 años, aunque estos números pueden tener una significancia esotérica, no literal. Según la leyenda, la tumba de Christian Rosacruz sería encontrada cien años después de su muerte y en ella una extensa biblioteca iniciática. Los rosacruces germanos originales eran una corriente esotérica y mística dentro del cristianismo europeo. Como en el caso del misticismo islámico, no es de extrañar que surgiera en tierras indoeuropeas como Alemania, nuevamente como un impulso del espíritu ario buscando emerger. Naturalmente los rosacruces fueron una continuación de la Alquimia y, si la leyenda es cierta, del catarismo.

    Es por esta época que en India surge el sikhismo o sijismo. Sikh, que significa "discípulo” en penjabí, es un pueblo guerrero-religioso, el guerrero santo o iniciado, es decir, el guerrero solar. Los sij creen en la reencarnación y el vegetarianismo, y aunque son monoteístas, su dios dista mucho de ser el Demiurgo Yavéh pues están más vinculados a sus hermanos hindúes y budistas como religión índica. Sus diez gurús son maestros iniciados, todos son un mismo linaje metafísico, como los dalais lamas del Tíbet, que son un colectivo vida tras vida. Fue fundado por Gurú Nanak nacido en 1469 quien, después de peregrinaciones a los lugares santos de las religiones predominantes del mundo en aquel momento; Tíbet (lamaísmo), Sri Lanka (budismo theravada), Bengala (hinduismo), La Meca (Islam) y Bagdad (chiísmo), todos centros de gran poder geomántico, se convierte él mismo en un iniciado y funda la Orden Khalsa, guardiana mística-militar, dando nacimiento a la nación sij. El sijismo, como sus hermanas hinduismo, jainismo y budismo, cree que el mundo material es una ilusión, que atrapa el espíritu puro, o Atman, y que por medio de la espiritualidad se logra romper estas cadenas y volver a Dios, al que llaman Waheguru. Este es el Dios de la Luz, pues el monoteísmo sij nada tiene que ver con el monoteísmo hebreo.

    Los sijs son guerreros y su sociedad se estructura en una dinámica militar-religiosa similar a la de otras órdenes parecidas (templarios, hachisinos, samuráis), no temen a la muerte, pues la ven como escape de la materia. Morir en batalla en considerada la muerte más honorable y heroica, como los vikingos, espartanos y samuráis. Les sirvió de mucho mientras tuvieron que afrontar las duras represiones de los gobernantes islámicos del Imperio Mogol que regía India, que torturaron y asesinaron a muchos sijs, incluyendo uno de sus gurús cuando era solo un niño preadolescente. Luego, los sijs crearon un basto Imperio en el norte de India en eterna guerra con sus enemigos los afganos musulmanes, que había cometido varias atrocidades contra las comunidades sijs. Mientras en el vecino Afganistán islámico los no musulmanes eran ciudadanos de segunda clase que vivían en marginación total, en el Imperio Sij los altos puertos del gobierno, la administración local y el ejército estaban abiertos a hindúes, budistas, musulmanes y cristianos. En su apogeo el Imperio Sij llegó a conquistar desde parte de Afganistán al oeste hasta parte de Tíbet al este. El Imperio Sij cayó tras dos guerras fracasadas contra los británicos de la Compañía de las Indias Orientales (que se encontraba administrada por judíos y masones, como pueden corroborar en cualquier libro de historia), en parte debido a las traiciones internas, y fue anexado a la India británica, poniendo fin a su glorioso reino ario-guerrero, solar y viril.

    Los gremios de constructores sagrados originales, que según algunos datan del Antiguo Egipto, otros los colocan como sucesores de los templarios y otros extienden su existencia hasta el Edén, fueron conocidos como masones. En sus orígenes, la Masonería era una orden iniciática aria y solar. En la antigüedad la construcción de templos y otros edificios se hacía con un denotado esfuerzo geomántico, numerológico, gemátrico y oracular. No cualquier fulano podía construir, pues se requería cierto grado de Iniciación para comprender bien el lugar propicio para los centros de culto, usualmente en puertas interdimensionales que conectaban con otros planos. Así fue la construcción de las pirámides, de los dólmenes y los monolitos prehistóricos como Stonehenge, y de las catedrales medievales.

    Según la leyenda los masones eran los "hijos de la Viuda”, nombre que recibieron porque su fundador, Hiram Abiff de Tiro, era hijo de una viuda de la tribu de Neftalí. Ahora bien, la tribu de Neftalí fue una de las dos tribus que renegó de Yavéh y construyó el Becerro de Oro (símbolo alquímico del Dios Solar Cornudo, es decir, de Lucifer). El mismo Hiram sueña que es hijo de Caín, otro iniciado solar que, según la leyenda, es hijo de Eva y la serpiente (Lucifer) y por eso rechaza a Yavéh y es expulsado del Edén.

    Así, la Masonería original, es decir, operativa, era una sociedad iniciática y esotérica luciferina, que preservaba las enseñanzas paganas de los arios precristianos. Fue cuando la Masonería se volvió "especulativa” es decir, que se abrió a todos los hombres, no solo a los constructores, que se corrompió diabólicamente, convirtiéndose en la moderna Masonería judaica. Antes de su apertura, y debido a que el gremio de los constructores estaba vetado a los judíos, la Masonería aria era guardiana de los saberes del Antiguo Egipto y de otras civilizaciones arias quizás remontándose a la Atlántida. Pero, por desgracia, el Demiurgo que todo lo corrompe y lo envenena, logró que los judíos se infiltraran en ella y es hoy la principal arma y herramienta del sionismo mundial.  Como nos dijo el destacado Gran Maestre de la Masonería especulativa sionista, Albert Pike: El verdadero nombre de Satanás, dice el Cabalista, es el de Yahveh invertido.

    La judeomasonería tiene claro que Yavéh y Satán son el mismo ente, dos caras de la misma moneda dentro de la doctrina cabalística. Pike también reconoce en su libro Moral y Dogma que existen dos niveles en la Masonería:


    "Los Grados Azules son sólo la corte exterior o pórtico del Templo. Parte de los símbolos se representan ahí al Iniciado, pero intencionadamente se le confunde con falsas interpretaciones. No se pretende que los entienda; sino que se pretende que crea entenderlos. Su verdadera explicación se reserva para los Adeptos, los Príncipes de la Masonería… Está bien para la masa de Masones, creer que todo está en los grados Azules; y los intentos de desengañarlos fracasarán."


    Logra de esta manera la Masonería controlar a los miembros de grados inferiores poniéndolos al servicio de los miembros de los grados más altos que son siempre judíos o sus leales servidores. Niveles a los cuales difícilmente alguien que no sea de estos dos puede acceder. Este es el nivel de los Illuminati de Baviera, la orden fundada por el judío Adam Weishaupt, continuada con los Skulls&Bones americanos, con el Club Bilderberg (también fundado por el judío Joseph Retinger) y hoy continuada por figuras siniestras como Gabriel López de Rojas, español de origen judío y creencias políticas comunistas que dice ser el nuevo líder mundial de la Orden Illuminati.

    Acá entra en escena la Compañía de Jesús, los jesuitas, de ideología socialista (los iniciadores de la Teología de la Liberación fueron jesuitas, muchos de ellos ejecutados por los gobiernos anticomunistas como el de El Salvador) y que han realizado prácticas mágicas y cabalísticas. Los jesuitas, el verdadero poder secreto en el Vaticano y totalmente fusionados con la Masonería como si de dos órdenes con miembros intercambiables y difusos se tratara, han alcanzado niveles de poder incomparables y forman parte del mismo entramado.



    SED DE SANGRE

    Hemos hablado mucho sobre Lucifer y las religiones, escuelas esotéricas y herejías que han promovida su enseñanza y filosofía hermética. Pero es importante mencionar a su enemigo, Yavéh, Satán, Saturno, el Demiurgo. Regente de la materia y del mundo. En la cosmología nórdica se creía que el universo se formó por el choque de dos fuerzas antagónicas; el Fuego y el Hielo. El Fuego representa el Espíritu, intangible, etéreo, cálido y el Hielo representa a la Materia, pues el Hielo es duro, es físico, es el estado sólido. Los nórdicos asociaban el hielo con su infierno, con el reino al que iban los réprobos y los cobardes, pues eran pueblos que vivían en tierras frías y nevadas para quienes el frío era una maldición y el fuego una bendición. Los semitas, a la inversa, de tierras calurosas, veían el infierno como un lugar de fuego y calor. La lucha entre el Fuego Luciferino y el Hielo Demiúrgico ha sido ejemplificada muchas veces de muchas formas, una de ellas en la guerra entre la Alemania Nazi y la Unión Soviética.

    Pero estudiemos más a esta extraña criatura que es el Demiurgo Yavéh.

    El Demiurgo es un dios vampiro, sediento de sangre. La sangre le satisface y le complace. Veamos:

    En la ya desaparecida pero genial página web Aberración, planteaban la hipótesis de que Yavéh y Molloch eran el mismo dios. Molloch era un dios mesopotámico que era adorado con sacrificios sangrientos de niños y animales. Yavéh también pide que le sean sacrificados seres inocentes;

    Deuteronomio 12:27
    "y ofrecerás tus holocaustos, la carne y la sangre, sobre el altar de Jehová tu Dios; y la sangre de tus sacrificios será derramada sobre el altar de Jehová tu Dios, y podrás comer la carne."

    Éxodo 22:29-30 "No demorarás la primicia de tu cosecha ni de tu lagar. Me darás el primogénito de tus hijos. Lo mismo harás con el de tu buey y de tu oveja; siete días estará con su madre, y al octavo día me lo darás."


    Y estos son solo pequeños ejemplos. En la misma Biblia hebrea se menciona que Yavéh rechazó la ofrenda vegetariana que le dio Caín y aceptó complacido la ofrenda de sangre que le suministró Abel, quien sacrificó un borrego. En la historia del Diluvio se nos narra como la mortandad y el derramamiento de sangre complació a Dios: "Génesis, 8:20 Y edificó Noé un altar a Jehová, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocausto en el altar. 8:21 Y percibió Jehová olor grato”.


    Dios pidió a Abraham sacrificar a su hijo Isaac ante él y Abraham lo vio como natural, pues en la región esto era muy común, y aunque lo detuvo al final, sustituyó el sacrificio por el de un inocente bovino.

    El Dios hebreo era un asesino por su propia mano, si hemos de creer en lo que dice la Biblia. Se dice que en épocas de Noé la humanidad era tan pecadora que Dios se cansó y decidió matarlos a todos, salvo a Noé y su familia "los únicos justos”. Cabe preguntarse ¿en aquella época, no habría niños, bebés lactantes y personas con discapacidad mental que, por ende, eran inocentes? ¿Y que hay de todos los millones de animales que no se fueron en el arca, que pecados cometieron ellos? Aparentemente este Dios omnipotente no era capaz de diferenciar entre pecadores e inocentes y buscar algún mecanismo que su omnipotencia le permitiera para matar solo a los malos y no a millones de seres inocentes. Lo mismo puede aplicarse a Sodoma y Gomorra de la cual solo Lot y su familia eran justos. ¿No tenían los habitantes de estas ciudades niños, bebés, discapacitados, mascotas y otros animales domésticos que murieron carbonizados por sus "pecados”? o cuando Dios castiga a los egipcios con diez plagas ¿Qué culpa tenían los niños de los esclavos o los primogénitos, muchos de ellos bebés recién nacidos, para haber muerto por las acciones del Faraón? Claro está, todo esto sería muy trágico de haber sido verdad. Hoy sabemos que son solo mentiras y falsedades de los judíos, pues el mito del diluvio y de Sodoma lo plagiaron los judíos de diferentes mitos babilónicos y sumerios. Sobre las diez plagas de Egipto, no existe registro de ellas en los anales egipcios (lo cual habría sido lógico) pero si existe el registro de que un grupo de leprosos y criminales liderados por el sacerdote rebelde Osarsef escapó de Egipto robándose todo a su paso; ESTE es el glorioso origen del pueblo judío.

    El Zendavesta, libro sagrado de los zoroastrianos, y la doctrina general de Zoroastro, advierte que los adoradores de Arihmán derraman sangre y realizan sacrificios de animales y personas. Hasta hoy los judíos sacrifican animales a su dios, generalmente gallinas y becerros. Solo pueden comer carne de animales que han sido asesinados ritualísticamente en nombre de su dios, llamada "comida kosher”, algo similar al "halal” musulmán. Los mahometanos también sacrifican animales, usualmente bovinos que degollan sangrientamente en el santuario de La Meca. El Vudú de los negros africanos también practica sacrificios de animales y de personas, y así lo hace también la santería cristiana.

    Los cristianos en general no sacrifican animales, pero esto más que todo porque el cristianismo se extendió entre pueblos europeos de raza blanca, a diferencia del Islam que se popularizó entre árabes y negros africanos ya étnicamente predispuestos al sacrificio de sangre. De hecho se realizaban sacrificios sangrientos entre muchos pueblos semíticos aún antes de la extensión del Islam, como los crueles asirios. Así, a pesar de su religión y de su dios hambriento de sangre, aún así esta práctica era muy chocante para los europeos blancos.

    Sin embargo, guiados por la Iglesia, los cristianos si prosiguieron con la tradición de las matanzas, asesinando a miles de personas en guerras de religión, cruzadas, cacerías de brujas y la Inquisición por el crimen de pensar diferente. Los musulmanes hicieron lo mismo arrasando con todos los "infieles” en sus tierras o luchando sangrientamente entre ramas del Islam, mayormente sunnita y chiítas que se enfrentaban en sangrientas contiendas sin misericordia por pequeñeces doctrinales. Antes que ellos, los judíos, hicieron lo mismo cometiendo innumerable cantidad de masacres y genocidios contra filisteos, idumeos, ammonitas, moabitas y medianitas (a estos últimos, además, dejaron vivas solo a sus mujeres para abusar de ellas) y muchos de estos pueblos sencillamente desaparecieron, fueron exterminados por los judíos. Hasta la fecha esto aún se da pues hay guerras entre cristianos y musulmanes en muchos países (Sudán, Chechenia, Bosnia, Pakistán, Afganistán), entre chiítas y sunnitas (en Iraq, por ejemplo), entre católicos y protestantes (Irlanda del Norte, Chiapas) y entre judíos y palestinos.

    Ahora bien, que el Dios hebreo necesita sangre para complacer, que se alimenta de la sangre derramada en su nombre y que esto le complace, como a un vulgar drogadicto, es claro y evidente. Algunos teóricos llegan a pensar que existen oscuras logias y círculos satánicos que realizan sacrificios humanos, libelos macabros donde se sacrifica a hombres, mujeres y niños en espantosos rituales cabalísticos y masónicos. Logias satánicas adoradoras de Satán, es decir, Saturno, el Demiurgo.

    Los jázaros, pueblo turcomongoloide que se convirtió al judaísmo en la Edad Media se dice que practicaba el sacrificio humano sangriento. Serrano en su trilogía (Cordón Dorado-Avatar-Manu) asegura que los sacrificios de sangre de los druidas en su periodo de decadencia (pues originalmente habrán sido una casta sacerdotal solar, normal, como los brahmanes hindúes) se debieron a la influencia de los "Golem” extranjeros demiúrgicos venidos del Sur. Los "B’nai B’rith” o Hijos de la Alianza que habrían corrompido a los Anglo-Sajones arios y los habrían convertidos en los "británicos” cuyo nombre derivaría de los "B’rith”. Curiosamente recientes exámenes genéticos han demostrado que una parte de la población británica está más emparentada con los beréberes que con otros europeos lo que puede apoyar la teoría de Serrano. No significa esto que los británicos modernos no sean arios en buena medida, sino que una parte de ellos está contaminada con la sangre "Golem” de los "B’rith”.

    Algo similar ocurrió en el México prehispánico. Los aztecas veían en Quetzalcoatle al dios de la sabiduría y la civilización, quien les habrá entregado conocimientos importantísimos. Se le describía como blanco y de barba (rasgos arios) y que eventualmente escapó por el Océano Atlántico jurando regresar algún día. Fue reemplazado por el más diabólico culto a Tezcatlipoca que exigía sacrificios humanos. Antes de Tezcatlipoca estaba Huitzilopochtli, misterioso dios que se comunicaba con el profeta azteca Mexi. El paralelismo entre este dios y Yavéh y entre Moisés y Mexi es enorme y se ha analizado en otros espacios, no tiene sentido hacerlo acá, solo digamos que Huitzilopochtli también obligó a su pueblo a viajar por el desierto durante un largo éxodo, también siguió a sus seguidores en forma de "águila en el cielo” (en el caso de Yavéh lo hizo en forma de nube) y también exigió a los aztecas la circuncisión.

    La circuncisión es uno de los más importantes símbolos del pacto demiúrgico. Implica en principio una mutilación de la hombría denotando el carácter antiviral, afeminizador y contrainiciático del rito, el derramamiento de sangre en el nombre de su dios, y la pérdida simbólica de la inocencia, de la "virginidad”. No significa que quien haya sido circuncidado sea menos viril que quien no, pero ese es su contexto simbólico ritual. Los judíos y los musulmanes practican la circuncisión, y los musulmanes, además, la extienden a las mujeres mutilándoles horriblemente los labios vaginales y otras partes de la vagina, esta atroz práctica busca privar a la mujer de deseo sexual. Algunos cristianos practican la circuncisión aunque, por fortuna, cada día está más en desuso y ha reducido muchísimo tan bárbara y grotesca práctica.

    El mito de los vampiros probablemente surge de estas prácticas secretas y satánicas de poderosas logias feudales. Desde los jázaros hasta la húngara Elizabeth Bathory o el satanista Barbazul, vemos el origen del mito de los vampiros en ritos de sangre cabalísticos en manos de aristócratas. Mientras Bathory, de origen jázaro, que asesinó torturando y desollando vivas a más de 600 jóvenes y niñas para bañarse en su sangre y mantenerse joven, rodeada de brujas y cabalistas, Barbazul hizo lo propio torturando, violando y matando a unos 800 niños, también rodeado de brujos y nigromantes cabalistas.

    Los vampiros son, según la cultura popular, una selecta especie de aristócratas ocultos en las sombras, que la sociedad mundial y la gente común no conoce, aunque intuye su existencia, y que secretamente realizan horribles sacrificios de personas para beber su sangre. Como nos dice Pablo López Meza, Bram Stoker, masón y judío, hizo la representación de este mito en Drácula (Dragón) un vampiro que es herido por el sol y la cruz (símbolos arios) y que es ayudado por gitanos. El genial escritor lovecraftiano Brian Lumley en sus relatos de Necroscope presenta a los vampiros en una nueva óptica; los vampiros son seres monstruosos contaminados por un ente alienígena de otra dimensión, misma dimensión infernal de donde provienen los gitanos, los vampiros se encuentran vinculados al gobierno judeomarxista de la Unión Soviética e incluso algunos altos mandos de este gobierno comunista como el vampiro protagónico, Dragosani (Dragón), son secretamente vampiros. ¿Suena familiar verdad? Algunos teóricos de la conspiración como David Icke llegan a plantear que los verdaderos vampiros son una raza de sanguinarios extraterrestres reptiloides que provienen de otro planeta en la constelación de Draco (Dragón), que hoy gobiernan nuestro mundo y que beben sangre humana.

    Así, cualquier rito que implique cualquier forma de derramamiento de sangre es, por su propia naturaleza, un ritual saturnino-vampírico, reptiloide y demiúrgico.

    Teorías sobre el origen de la raza judía abundan. Se ha postulado, por pensadores como Serrano y López Meza que son una tribu indoeuropea conocida como los habiru, originalmente aria con todo lo positivo que esto implica, pero luego pervertida por el Demiurgo con quien hace pacto de sangre y mezclándose con otras razas, rompiendo la pureza racial aria. Otros que son un grupo de parias o sudras de India que tomaron parte de sus enseñanzas de los indoarios. Blavatsky plantea que pueden ser descendientes de los antiguos hombres-bestia de Lemuria, o que son una raza mestiza de Hiperbórea y la Atlántida. Teorías más científicas no dicen que los judíos no fueron expulsados en gran masa de Palestina, ni tras la derrota por parte de los asirios (tras la destrucción del primer Templo) ni por parte de los romanos (tras la destrucción del segundo Templo). En ambos casos hubiera resultado demasiado trabajoso y costoso movilizar a toda una población. Para aquellas épocas hubiera sido una tarea imposible brindar agua y alimento a todo un pueblo de miles de personas siendo movilizadas. Algunos, la aristocracia, los rabinos, los líderes revolucionarios anti-romanos, y sus familias, fueron movilizados como esclavos, pero la masa permaneció allí, convirtiéndose al Islam posteriormente y siendo arabizados. E ahí parte del drama con la masacre en Palestina, que los palestinos son realmente nativos de la supuesta "Tierra Prometida” y no los israelíes que así la reclaman.

    Tras dispersarse por el mundo los judíos también lograron muchas conversiones. Algunas masivas como la de los jázaros y la de los himyaritas árabes que gobernaban Yemen y que mantuvieron fuertes reinos por siglos[1]. Esta mescolanza indescifrable de toda clase de pueblos, unificada, sin embargo, por su religión y la guía rabínica, los convirtió en un pueblo unido, aunque étnicamente inidentificable.

    Los judíos son incapaces de crear, así que todo lo suelen copiar, plagiar o robar de otras fuentes. Esto es debido a que carecen de la "chispa creativa” propia del espíritu del Ario y porque son ellos mismos una creación, una máquina-hombre saturnina, reptiliana. Los judíos extrajeron la Cábala del misticismo egipcio, aunque eliminándole la parte espiritual y volviéndola "numerológica” y vacía de verdadero contenido místico. La Masonería, su sociedad secreta por excelencia, se la robaron a los gremios de constructores arios. Las teorías de Einstein fueron plagiadas de diversas fuentes, una de ellas su primera esposa, que no era judía, sino serbia (blanca). El Krav Magá, una parodia de "arte marcial” y de combate deshonesto que básicamente es una forma vulgar de matonismo extrae sus movimientos más eficientes del Karate, el Kung Fu y otros artes marciales orientales. La estrella de David originalmente deriva de un signo indoario. Sus mitos como el Génesis, el Diluvio, el Éxodo, etc., lo robaron de las mitologías de países vecinos como India, Babilonia, Sumeria y Egipto. Y, el caso más obvio, su país se lo robaron al pueblo palestino. Decía el barón Sebottendorff: "la historia nos ha demostrado que mientras el ario construye, el judío destruye”. Claro, bombas atómicas, conspiración masónica, genocidio palestino. El judío toma de una fuente aria y la pervierte, la corrompe, la vuelve "de plomo”, tóxica, y entonces se la da de beber al ario. Pero el ario puede usar la Alquimia Solar para hacer lo opuesto. Retomar lo que es suyo por derecho, lo que le pertenece, y purificarlo. Tornar el plomo en oro, volver lo judaico en ario.

    David Lane, supremacista blanco americano, aseguraba que el mormonismo era una religión diseñada para la raza blanca. Para apoyar su argumento menciona que el mormonismo original no admitía negros, que rechaza la homosexualidad, que presenta a los nativos americanos como seres siniestros que se volvieron rojos tras matar a sus hermanos de sangre. Pero, su principal argumento, es que el mormonismo era poligámico. Lane apoyaba la poligamia como forma de organización de la Raza Aria, pues fomentaba la procreación y la tenencia de numerosas familias blancas. Lane creía que el concepto de la monogamia era algo extranjero, de origen semítico, exportado por el judeocristianismo alógeno al europeo, uno más de los engaños judíos para atentar contra la raza blanca y reducir sus números. Sin duda muchos nacionalistas y Nacionalsocialistas pensarán que esta idea de la poligamia es demasiado radical y que atenta contra los valores familiares tradicionales. No voy a discutir eso. Aún cuando los musulmanes tanto inmigrantes como vecinos acechadores de Europa sí son polígamos y su religión es la de "mayor crecimiento” (pero demográfico, no por conversiones) del mundo. Ciertamente que hubo diferentes culturas paganas arias que practicaron la poligamia, incluyendo a los vikingos, aunque de una forma más loable. En la sociedad vikinga el hijo de la concubina y de la esclava eran tan legítimos como el de la esposa, con los mismos derechos hereditarios. Además, esta poligamia solo es legítima si todas las mujeres involucradas tienen conocimiento y lo aprueban, es decir, no es válido usar la excusa de la antigua poligamia aria para justificar la infidelidad ni para justificar los abusos sexuales en los que incurrieron los mormones en zonas rurales de Estados Unidos hace algunos años, en que casaban a adolescentes muy jóvenes con hombres muy mayores, en algunos casos familiares cercanos.

    Aún así no acabo de convencerme de que el mormonismo sea una religión ariosófica y, si lo fue, ya definitivamente no lo es. El que el dios mormón tenga cuerpo físico, habite en un planeta llamado Kobol, y que haya embarazado a María penetrándola sexualmente como cualquier hombre normal, me suena a una naturaleza material propia del Demiurgo. Pero si me llama la atención que en el mormonismo se preserva la creencia de la auto-deificación. El mormón cree que mediante ciertas prácticas puede convertirse en un dios.

    ¿Es material el dios judío? ¿tiene cuerpo físico? El mago satánico Aleister Crowley lo invocó alguna vez en los llamados Trabajos de Amalantrah. Se dice que en medio del ritual se abrió un portal a otra dimensión e ingresó un ser al que Crowley identificó con Yavéh. El ser era muy similar a los extraterrestres grises que se ven hoy en día por los supuestos abducidos.



    [1] http://www.webislam.com/?idt=19574
    Categoría: Hitlerismo Esotérico | Ha añadido: Marshall (2011-Ago-14) | Autor: Matt Marshall E
    Visiones: 962 | Ranking: 5.0/2
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    Tiene el toque de antigüedad y nobleza que hacen de este escudo algo muy original. La corona representa la realeza, el cuervo a Enki y en heráldica esta ave representa a un guardián, un protector y encima este cuervo sostiene una espada con la que va a proteger a los suyos. Los dos leones de Isis, en heráldica representan valor y esfuerzo de los caballeros que han ejecutado alguna atrevida empresa, valiéndose más de la astucia que de la fuerza. En este caso son dos leones rampantes y tenantes que sostienen el escudo cuartelado con los sigils de la Corona, o los símbolos de los seres de mayor jerarquía que poseemos, los Dioses. Al centro figura el símbolo del orígen de la sabiduría hiperbórea. El lambrequín está tirado para atrás y tiene una coloración distinta y polarizada (rojo y azul) y rematamos a esta obra con nuestro grito de guerra que dice: "La decisión de ser un dios es tuya".

    Escudo de guerra

    El Águila bicéfala representa el dominio de dos lugares, se remonta su uso a las culturas humanas mas antiguas, Sumeria representó con este símbolo el dominio de oriente y occidente. Luego, este símbolo fue tomado por las culturas que le sucedieron y se estandarizó su uso. Ahora nosotros los herederos de la corona, usamos este símbolo para representar nuestra presencia tanto en este plano como en el otro.